El plegado es una operación esencial que condiciona el flujo de trabajo en el taller de chapa y presenta numerosos desafíos: productividad, precisión de las piezas plegadas, seguridad de los operadores, etc.
Prácticamente todas las fábricas de chapa utilizan plegadoras en este puesto de producción. Los fabricantes ofrecen principalmente dos tipos de tecnologías: máquinas de accionamiento hidráulico o de accionamiento eléctrico mediante servomotores.
La principal ventaja de las plegadoras hidráulicas es que poseen unas capacidades de plegado muy amplias. Por otro lado, a pesar de que el coste de compra de las plegadoras eléctricas es más elevado, el uso de servomotores en lugar de cilindros hidráulicos ofrece ventajas en materia de productividad, consumo energético, flexibilidad y mantenimiento. Además, las plegadoras eléctricas tienen capacidades de hasta 4 metros de plegado y una fuerza de 300 toneladas.
El encargado de exportación de SafanDarley, Mauricio Gutiérrez Matta, constructor-desarrollador de plegadoras hidráulicas y eléctricas, comparte sus conocimientos con nosotros.
Hay cinco factores de diferenciación entre las plegadoras eléctricas y las hidráulicas:
Tiempo de funcionamiento: ¡solo el 40 %!
De media, un 60 % del tiempo de funcionamiento de una plegadora hidráulica se dedica a operaciones de ajuste y mantenimiento: programación, cambio de herramientas, manipulación de las piezas que se van a plegar, cambio de aceite, etc.
Esto influye considerablemente en la productividad del equipo. El sistema hidráulico funciona de forma continua, aunque la máquina no esté plegando, lo cual genera un consumo de electricidad significativo e innecesario (calentamiento del aceite, máquina al ralentí, etc.).
Mauricio Gutiérrez Matta señala que, por otro lado, «en las plegadoras eléctricas el consumo de energía es muy bajo, dado que los servomotores solo consumen energía cuando están en funcionamiento ».
Flexión y pérdida de precisión
La flexión es una deformación de la trancha superior que se observa en todas las máquinas de accionamiento hidráulico. La mayoría de los fabricantes de plegadoras hidráulicas ofrecen sistemas de «deflexión» mecánicos o hidráulicos. Existen soluciones que sirven para compensar este efecto mediante una fuerza inversa en la mesa de trabajo. El ajuste es manual o automático, siguiendo las normas de flexión teóricas.
«Hemos inventado y patentado para nuestras plegadoras eléctricas un sistema de poleas y correa que evita la flexión en el 99 % de las situaciones», añade Mauricio Gutiérrez Matta.. «La fuerza se distribuye por toda la chapa para que se pliegue de forma uniforme. La eliminación de la flexión permite mejorar la precisión de las piezas plegadas».»
Dimensionamiento de la plegadora: ¿perjudica al rendimiento?
Los fabricantes que invierten en una plegadora determinan la capacidad de la misma en función de la pieza más grande y del material más grueso que deban plegar. No obstante, en una plegadora hidráulica, el consumo de energía será similar entre una pieza y otra. En una plegadora eléctrica, los servomotores solo consumen la energía necesaria para plegar la pieza. Por consiguiente, se trata de un factor a tener en cuenta al elegir una u otra.
Seguridad de la plegadora: ¿perjudica a la productividad?
El sector a menudo considera las medidas de seguridad de los operadores de plegado que operan la máquina como un freno para la productividad.
«El sistema de protección instalado en la mayoría de las máquinas reduce la productividad. Se trata de una solución pasiva cuyo funcionamiento varía en función de la altura de las herramientas. Debe ajustarse en cada cambio de herramientas a derecha e izquierda. Un ajuste incorrecto afecta a la máquina»», explica Mauricio Gutiérrez Matta.
Además, añade que« «SafanDarley ha integrado en sus máquinas un sistema de seguridad que no requiere ajustes ni el uso de un pedal. La trancha superior incluso se puede bajar a gran velocidad hasta a 1 mm de la chapa. Este sistema de seguridad mejora la productividad en lugar de reducirla».
Mantenimiento
Las plegadoras hidráulicas requieren un mantenimiento periódico, especialmente en la parte hidráulica, como válvulas, depósitos, bombas, filtros y juntas. Además, la pérdida de presión en los cilindros provoca pérdidas de aceite, que se dispersa por la máquina. El desafío consiste en reducir los gastos de mantenimiento sin que se produzcan accidentes ni sea necesario inmovilizar la plegadora.
En conclusión, Mauricio Gutiérrez Matta diferencia entre las dos tecnologías señalando que « «la plegadora eléctrica es la solución más adecuada para longitudes de hasta 4 metros. El ahorro económico es considerable, ya que se obtiene una reducción del consumo de energía de alrededor de un 30 %, se reduce el mantenimiento y la flexibilidad que ofrece permite aumentar la productividad».
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